12 Feb, 2019 El Cabo Colina salta la talanquera

 

El Cabo José Colina fue el “ordenanza” (cachanchán o cachifo) del General Felipe Rodríguez, alias “El Cuervo“, en la tarima de La Plaza Altamira.  Al ver que ese “movimiento” de militares “sublevados” se moría de merma, decidió emigrar a Estados Unidos, cometiendo la INMENSA ESTUPIDEZ de pedir asilo político en el aeropuerto,  apenas llegó a Miami.  Nadie le advirtió que quienes solicitan asilo político en un puerto o aeropuerto de entrada a EE.UU., son detenidos inmediatamente y enviado a un centro de detención de Inmigración.  Allí permaneció el cabo unos años.

El régimen de Hugo Chávez lo acusaba de haber colocado, a altas horas de la noche, unos “tumbarranchos” (artefactos sonoros), en las sedes diplomática de Colombia y España, perturbando así el sueño de los vecinos.

El Cabo Colina, por supuesto, negó tal cosa… y nosotros nos preguntamos: ¿qué hizo, entonces, el Cabo Colina por la libertad de Venezuela?  Si, en efecto, colocó esos artefactos, lo único que logró fue despertar a los vecinos, quienes creyeron que había explotado una inmensa “bombona de gas”.  ¿Y si no puso los “tumbarranchos”?  Bueno… ¡entonces no hizo nada!

Que sepamos, Colina era el que le traía el cafecito al Gral. Felipe Rodríguez cuando éste estaba encaramado en la tarima de la Plaza Altamira.  En una oportunidad que me reuní con “El Cuervo”, fue a Colina a quien le ordenamos que nos trajera café.

Colina no pudo aclarar bien su situación.  El 30% de los oficiales “sublevados”, resultaron ser infiltrados de Chávez en la Plaza Altamira.  En consecuencia, Inmigración no le otorgó asilo político y a su abogado no le quedó otro remedio que conseguirle el beneficio de la “Convención Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Denigrantes”.  En su artículo 3ro, este tratado dice que nadie puede ser deportado a un país donde se torture.

Apenas salió del centro de detención, El Cabo Colina se inventó un “organismo” llamado “Veppex” (“Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio”).  Cuatro gatos conforman ese “movimiento” y todos los que vivimos en Miami sabemos que los perseguidos políticos en esta ciudad, se pueden contar con la mano mocha de un mocho.

Al verse en libertad, el cabo se arrimó a una señora llamada Patricia Andrade, quien había fundado una “trampa-jaula” que llamó” Venezuela Awareness, a través de la cual – supuestamente – recolectaba dinero para ayudar a las familias de los presos políticos venezolanos.  Entre los “presos políticos” que la Andrade decía beneficiar, estaba el General Guillén Dávila (hoy fallecido), uno de los primeros “narco-generales” venezolanos, acusado por el gobierno de EE.UU. de introducir en este país unas 10 toneladas de cocaína.  De alguna manera, ese general tuvo un “desacuerdo” con Chávez y lo “encanaron”.

La Sra. Patricia Andrade, quien llevaba varias décadas en Estados Unidos para cuando Chávez llegó a Miraflores, recogía dinero para enviárselo a las familias de los presos políticos, sin embargo, la esposa de Iván Simonovis, Bony Pertinez de Simonovis, alertó al “exilio” que ese dinero no le había llegado a ninguna de las familias de los presos.  Ante el desprestigio de la Sra. Andrade, el Cabo Colina cambió de “protectorado” y se convirtió en el guarda-espalda de la Sra. Patricia Poleo

 

 

Colina se mueve bien y está en todos los eventos.  Pero su predilección es por los políticos del Partido Demócrata.  Ha apoyado a varios candidatos de esa tolda izquierdista.  Apoyó a Hillary Clinton y en Miami estuvo muy activo promoviendo la candidatura del IZQUIERDISTA Y PROGRESISTA Andrew Gillum, el delfín de Bernie Sanders, el senador federal estadounidense más socialista en Washington.

En el año 2013, Colina organizó una entrega de placas al congresista federal Joe García, “el Hombre de los Castro en el Congreso Federal”.   Cuando nos enteramos de que ese evento se iba a llevar a cabo en Miami, le advertimos a Leopoldo López quién era Joe García… pero éste no nos paró bolas.  Joe García, además de ser un puerco y comerse la cerilla de sus oídos en público y ante las cámaras, escandalizó a la opinión pública de EE.UU., asegurando que “el comunismo funciona”.

 

 

La verdad es que no sabemos por qué… pero siempre que vemos al Cabo Colina, lo vemos promoviendo a candidatos “progresistas”, izquierdistas, ñángaras: ¡comunistas!

Durante mucho tiempo estuvo asegurando que los venezolanos no podían permitir una intervención armada por parte de Estados Unidos, alegando que eso sería un “bochorno y una vergüenza nacional”.  Jamás lo hemos visto denunciar la intervención de los Castro en Venezuela.  Pero hoy, cuando pudiera ser posible esa intervención – aunque muchos analistas la ponen en duda – el Cabo Colina cambió “de palo pa’rumba” y ahora la justifica.  Cuando muchas ratas están abandonando el barco del madurismo en Venezuela, como el Coronel Ruben Paz Jiménez, quien acaba de llegar al “Imperio Mesmo”, luego de haber “comido cochino del bueno” con Chávez y Maduro por 20 años, vemos al Cabo Colina cambiando su eterno discurso.  ¿Será que saltó la talanquera?

Miami 12 de febrero de 2019

Robert Alonso

Robert Alonso Presenta

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