Ya los venezolanos van aprendiendo… aunque sea a palos.
Cuando Bolsonaro llegó a la presidencia en Brasil, millones de venezolanos brincaron en una pata, seguros de que por ese país llegaría la intervención armada en conjunto. Les dije que se calmaran… y me llamaron agente del G2.
Ya hemos venido conociendo las verdaderas intenciones, tanto de Brasil como de Colombia y Estados Unidos: ¡no habrá intervención armada!
Bueno… eso no quiere decir que todo cambie de porrazo y a Venezuela la invadan hasta los marroquíes… pero “por ahora”, nada de nada. Y así son las cosas. Iván Duque, por ejemplo, quien pronosticó que a Maduro le quedaban horas, fue el primero en aclarar que de intervención militar: ¡naiboa! No me extrañó, porque Duque es un delfín de George Soros… y advertí que de Bolsonaro no estuviéramos muy seguros. Los dos partidos que lo llevaron al poder – El Partido Progresista (PP) y El Partido Social Liberal (PSL) – son de izquierda, a pesar de que él se vendió como de derecha y de que el PSL, supuestamente, se ha venido “derechizando” desde el año 2015. Ya por ahí me produjo un gran escozor.
Ahora el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, UNA VEZ MÁS, acaba de asegurar que ningún país de la región intervendrá, militarmente, en Venezuela. Pura retórica… puras sanciones que ya la historia nos ha enseñado que no tumban dictadura: ¡las atornillan! Les da una excusa para justificar el sistemático desastre económico y social que ellos mismos generan para mantener al pueblo total y absolutamente oprimido y subyugado.
¡En fin! Si los venezolanos quieren ver a Venezuela libre, tendrán que dejar de hacer sonar sus cacerolas, de dibujar pancartas y sublevarse: ¡de manera GENERALIZADA y SOSTENIDA!
Al menos, cada día son más los venezolanos que corroboran que lo que carga el burro entre sus patas traseras no es, precisamente, una trompeta de goma maciza.
Miami 9 de abril de 2019
