La Historia de las 8 Estrellas…!!!

Hola Robert:

Siempre te sigo y te leo. De verdad que necesitaría otra vida para ponerme totalmente al día en todo lo que tú sabes de tantas personas que yo ni siquiera sabía que existían.

En cuanto a las 8 estrellas me dicen que representa la octava provincia de la Venezuela de entonces: Guayana.    Esta octava estrella, según se ha dicho,  había sido una propuesta hecha por Simón Bolívar, la cual nunca tomaron en cuenta.

Soy venezolana de nacimiento y tú, siendo cubano, reconozco que sabes más que yo de esta Venezuela que es de los dos.   Si tienes un tiempito espero la respuesta de este correo.

Explícame como desmentir que la octava estrella no es de la provincia de Guayana.

Y mi bandera siempre tendrá 7 estrellas.

Saludos, Omacaris

Respuesta de Robert Alonso a Omacaris

Amiga Omacaris,

Todo eso es un CUENTO CHINO, porque nos han querido cambiar, poco a poco, la historia patria, la cual – de paso – ya es bastante confusa. Nada más tienes que leer uno de mis tantos escritos sobre el tema histórico.

Así, a ciencia-cierta, la creación de la bandera tricolor venezolana (y el significado de los colores), a diferencia de la cubana, está rodeada de leyendas. De hecho, se dice que la primera bandera fue diseñada por el precursor de la independencia de Venezuela, el Generalísimo Francisco de Miranda, pero aquella – según muchos historiadores – era exactamente igual a la bandera alemana, ya que él estaba obsesionado con el imperio germano: negra, roja y amarilla. Esa bandera (alemana) es conocida hoy por muchos historiadores, como “la bandera de guerra de Miranda” y data del año 1800.

 

 

La Bandera de Guerra de Miranda

 

 

A aquella bandera tipo alemana, se le dio una vuelta.  La franja negra, en algún momento de nuestra historia (hay diferentes versiones) desapareció de la misma; se subió la franja amarilla, bajaron la franja roja y en el medio intercalaron una franja azul.  Tal vez algunos bromistas la llegaron a explicar de la siguiente manera, basandose en el supuesto amor que Miranda le tenía a Catalina II de Rusia, no era muy agraciada… y tenía unos 60 años cuando se enamoró de nuestro primer prócer:

 

 

El amarillo significaba, según los bromistas o aduladores de Miranda, el color del pelo de Catalina. El rojo, el color de sus labios y el azul, el color de sus ojos. Claro que es una explicación un tanto erótica para la historia de una incipiente nación, así que nos vendieron otra explicación:

El amarillo representa las riquezas de Venezuela… pero Venezuela, entonces, no era rica. Además, ¿qué tiene que ver el color amarillo con la riqueza?, a menos que l0 relacionemos con el oro, que – para entonces – no “existía” (no se había descubierto) en Venezuela.

El azul representa el color del mar Caribe… entendible y el rojo, más entendible, la sangre derramada por nuestros libertadores. Pero aquí tenemos un grave problema.   Si partimos de la creencia histórica que fue Miranda quien la diseñó y la amarró al mástil principal del buque “Leander”, en la PRIMERA expedición libertadora de Venezuela: ¡TODAVÌA NO SE HABÌA DERRAMADO UNA SOLA GOTA DE SANGRE LIBERTADORA!

En cuanto a las estrellas. A lo largo de nuestra historia republicana, le han quitado y añadido estrellas a la bandera un montón de veces.

En 1863, 30 años después de la muerte de Bolívar, se le encasquetaron 20 estrellas a la bandera, una por cada provincia, cuando se creó la FEDERACIÒN DE LA REPÙBLICA.

 

El Congreso de Cariaco

 

En un principio, fueron SIETE las provincias que, en 1811, declararon la independencia de Venezuela: Caracas, Cumaná, Barinas, Barcelona, Margarita, Mérida y Trujillo. De ahí que en el llamado Congreso de Cariaco, el 17 de mayo de 1817, se consideró incluir las SIETE estrellas en el pabellón nacional. Guayana NO HABÌA PARTICIPADO en la firma de la independencia, por lo tanto, se dejó fuera de la mención y no fue representada por estrella alguna.

 

 

La Bandera de 7 Estrellas de 1817

 

El Congreso de Cúcuta

 

Un evento que no hizo mella en la historia fue la inclusión de una nueva estrella, LA OCTAVA, que Bolívar intentó cuando Guayana se conformó como una nueva provincia venezolana. Eso fue a raíz de la Campaña de Guayana, en 1817… pero la “fiebre” duró cuatro años, cuando fue anulada la idea el 4 de octubre de 1821, por el “Congreso de Cúcuta“.

Ahí, en ese llamado “Congreso de Cúcuta“, está la clave de todo este asunto de las 7 o las 8 estrellas.

El Congreso de Cúcuta fue convocado por el propio Bolívar. En él participaron figuras importantes de entonces, como el General Santander, Antonio Nariño y otros. El congreso fue instaurado por Antonio Guarama. La idea del congreso fue hacer realidad el sueño UNIFICADOR de Simón Bolívar y para definir los principios que superarían las instituciones políticas, económicas y sociales, heredadas tras 300 años de vida colonial.

En ese congreso se sancionó la constitución, INSPIRADA EN EL SUEÑO BOLIVARIANO, la cual defendería los derechos civiles y las garantías sociales del pueblo colombo-venezolano; se definió la fisonomía democrática de nuestros países y se selló, A PERPETUIDAD (para siempre), el fraterno entendimiento bolivariano.

Se trató de un congreso NETAMENTE BOLIVARIANO, con la participación PRIMORDIAL de Simón Bolívar, acompañado de una comisión de diputados y de su estado mayor general.

Fue en ese congreso, BOLIVARIANO, donde se eliminó la BANDERA DE 8 ESTRELLAS que Bolívar había creado cuatro años antes y se aceptó una totalmente distinta. Debemos entender que Bolívar estuvo de acuerdo con el decreto a través del cual se establecía – OFICIALMENTE – una nueva bandera.

 

 

Bandera de La Gran Colombia

Al desintegrarse La Gran Colombia, el 19 de noviembre de 1831, UN AÑO DESPUÉS DE LA MUERTE DEL LIBERTADOR, hubo una fiesta de diseño en torno a nuestra bandera. No fue hasta el 15 de julio de 1930, con la promulgación de la “Ley de Bandera, Escudo e Himnos Nacionales”, que se diseñó la que conocimos hasta que llegó la noche. Una bandera tricolor, de tres franjas de igual tamaño: amarilla, azul y roja, con SIETE ESTRELLAS blancas colocadas en semicírculo sobre la franja azul. Esta bandera fue inspirada en la aprobada, POR BOLÍVAR, el 12 de mayo de 1817, conocida como “La Bandera del Gobierno Federal”.

 

 

Bandera del Gobierno Federal

 

Hubo otra bandera que tenía las mismas tres franjas del mismo tamaño, la amarilla, la azul y la roja… a la cual se le añadieron SIETE ESTRELLAS de color azul, que fueron colocadas sobre la franja amarilla y en posición circular. Como ya he dicho, esas estrellas representaban la SIETE PROVINCIAS que firmaron el Acta de la Decralaración de Independencia, el 5 de lulio de 1811.

Luego, en 1954, se le incluyó a la bandera de 1930, el escudo de Venezuela. Esa es la bandera que todos los venezolanos libres reconocemos como LA NUESTRA:

 

 

La Bandera Legítima de 1954

Luego, el 9 de marzo de 2006, bajo la bota castro-estalinista, se aprobaron ciertos cambios “menores” a los símbolos patrios. Fue entonces cuando al hoy-difunto sátrapa se le ocurrió la genial idea de “hacerle honor” al Libertador, incluyendo una octava estrella al pabellón nacional. Solo que hay un detalle, más que histórico… ya que hemos visto que el propio Libertador consideró abolir la bandera que él mismo sugirió tras la Campaña de Guayana, entre 1816 y 1817. Chávez, para JALARLES BOLAS A LOS CUBANOS, corrió la versión en la Cuba de los Castro, que la octava estrella significaba la hermandad entre Venezuela y Cuba y así se los hicieron ver a los cubanos de la isla. A lo largo y ancho del territorio cubano, vemos vallas en donde aparecen las dos banderas (la venezolana y la cubana) con siete estrellas dentro de la nuestra y una octava que salta a la estrella solitaria de la bandera cubana, por cierto, diseñada – en 1849 – por un venezolano, el General Narciso López.

 

 

La 8va estrella que representa “la hermandad” con la Cuba castro-estlinista

 

El Escudo de Venezuela

El primer escudo de Venezuela que contempló la inclusión de un caballo galopando fue el diseñado y aprobado en 1864.  Se trataba de un caballo que corría hacia su izquierda (hacia su derecha, si lo vemos bajo nuestra subjetiva perspectiva). Aquel caballo iba mirando hacia delante.

 

 

 

Posteriormente, por alguna razón que la historia – tal vez – desconoce, en 1930, le pararon un tanto el trote al caballo y lo pusieron a mirar hacia atrás, aunque seguía – trotando – hacia su izquierda.  En una de esas, volvieron a ponerle la cabeza al caballo de manera que pudiera ver por dónde iba, pero lo colocaron en dirección contraria.  Así galopaba el caballo cuando Chávez llegó a Miraflores.

 

 

 

Como los comunistas tienen que ir cambiándolo todo, especialmente la historia, en el año 2006 Chávez puso al caballo a galopar nuevamente, pero en dirección totalmente opuesta, como corría originalmente.  Según él, el caballo corría hacia su izquierda, es decir, hacia el “socialismo” (hacia el comunismo).  En realidad, el caballo de Chávez, se dirige hacia su derecha, solo que viéndolo desde nuestra óptica, está galopando hacia la izquierda rancia radical y destructora.

 

 

 

Escudo de Chávez con el caballo, supuestamente, galopando hacia la izquierda

 

Quienes queremos ver restituida la INDEPENDENCIA de Venezuela de cualquier agresión, invasión u ocupación extranjera, NOS HEMOS RESISTIDO a ese cambio promulgado, traidoramente, por la Asamblea Nacional Bolivariana, el 9 de marzo de 2006.  Queremos ver al caballo como estaba antes y nuestro pabellón tricolor con sus SIETE ESTRELLAS, pues esos son los símbolos que identifican a Venezuela como soberana… antes de que nos cayera esta noche oscura y trágica… que pudiera ser eterna.

Si fuese por darle por la vena del gusto al Libertador, Venezuela se tendría que llamar o formar parte de “La Gran Colombia” y tendríamos que regresar a los postulados del Congreso de Cúcuta.  La bandera nuestra, en ese caso, tendría, SOLAMENTE, tres estrellas. Sería tal y como la mostramos arriba y la llamaríamos “La Bandera de La Gran Coolombia.

Esa bandera – BOLIVARIANA – tendría una franja amarilla mayor que las otras dos (roja y azul).  En la esquina izquierda, sobre la franja amarilla, tendríamos a un indígena armado de flechas, mirando hacia un buque español que nos llega por occidente (¿o por el oriente?)… un sol naciente (¿o poniente?), tres estrellas sobre un cielo azul, dos manos entre ramos de olivo y un caimán en boca de caño, con las fauces abiertas esperando a ver qué le cae entre sus dientes.  Los colombianos, por cierto, le quitaron el emblema a la “Bandera de la Gran Colombia”, donde aparecía el indígena mirando hacia el horizonte y dejaron la franja amarilla más grande que las otras dos.  Los ecuatorianos hicieron lo mismo, pero le colocaron el escudo de Ecuador en el centro, sobre la franja azul.

Así las cosas, mi querida amiga Omacaris.

31 de mayo de 2014

Robert Alonso

@robalonso
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