La Ñapa…!!!

Muy complacido por las respuestas – parciales – a mi carta abierta a los muchachos Nehomar Hernández y Daniel Lara Farías. Daniel debería considerar la carrera de catedrático. Nehomar habló poco, pero fue directo al grano. En mi libro, Nehomar hubiera sido el oficial operativo de inteligencia y Daniel, el oficial de campo de acción; el primero en la retaguardia y el segundo en la vanguardia: ¡el complemento perfecto!

Disfruté muchísimo de esas respuestas parciales.

Salva Tu Voto

Daniel hizo un comentario sobre el “movimiento” “Salva tu Voto“, un grupo de muchachos con muy buenas intenciones pero con terriblemente mala conducción.  El “concepto” de “salvar el voto” fue un invento del Dr. Ludwig von Moreno, del combo de Ana Mercedes Diaz, la primera dama de Asgardia, la primera nación espacial del Universo Sideral, a quien acusé muchas veces de ser una infilttrada del régimen aquí en el Sur de La Florida.

El Dr. von Moreno no es muy ducho en eso de la comunicación social, razón por la cual – tal vez – no supo explicar muy bien ese concepto.  Von Moreno definiría el café con leche de la siguiente manera: “es el nectar negro de los dioses blancos, ligado en mistificación sublime con el producto blanquecino de la ubre de la consorte del toro…”

Foro de Brickell

En el día de hoy, 18 de agosto de 2019, atendí a una invitación para hablar, en Brickel, sobre el “fraude electoral” y la reincidencia en la mamadera de gallo que está en puertas, luego de que Trucupey “retara” (bufonamente) al régimen para aceptar una medición electoral: ¡algo insólito! ¿Con el mismo CNE? ¿Con los mismos “electores fantasmas”? ¿Sin haber cesado la fulana usurpación? ¿Sin las manos peludas del Leo, Ramos Allup, Rosales y Ratonski… entre muchos otros? ¡Un chiste de muy-mal gusto!  Ya no se trataría de “salvar el voto“: ¡habría que salvarse a uno mismo!

Éramos tres los invitados. Me tocó el primer turno y los otros dos cedieron sus espacios para que continuara contando mi historia. Por supuesto, hablé de mis “Tres Votos”… también hablé de los chanchullos electorales en el propio Imperio Mesmo, porque en “La Yuma” (en Estados Unidos de América), los chanchullos electorales son muchos más escandalosos que en la Venezuela de hoy: ¡aunque les sea difícil de aceptar! En Venezuela jamás existió un “botón amarillo”… tal vez porque nunca hizo falta: había acuerdos… ¡no fraudes!

Garabato Martínez

Claro, el joven Daniel estaba afiliado al partido Acción Democrática y es lógico que por su edad, jamás haya escuchado hablar de Ildemaro “Garabato” Martínez, el experto en chanchullos electorales de COPEI, aunque debe recordar la “célebre” frase de Morales Bello: “¡Actas matan votos!” Todo ha sido una MISERABLE burla.

 

 

Es bueno que se informen y cuando “descubran” al “Garabato”, comenzarán a entender más la tragedia venezolana: ¡se los aseguro! “Garabato” todavía está ligado al tema electoral, no hace mucho tuvo el tupé de asegurar que el CNE es un ministerio más del régimen, algo que es total y absolutamente cierto. Sin embargo, “en su época”, el entonces Consejo Supremo Electoral (CSE), era un departamento al servicio de los tres grandes partidos de aquellos tiempos: AD, COPEI y el MAS. La diferencia es que hoy al CNE lo controla el régimen en conchupancia con esa FALSA OPOSICIÓN.  ¡Los propios venezolanos mataron al mejor país del mundo!  ¿Será que hoy sufren un castigo Divino?

Fuga Masiva

 

 

 

En el año de 1972, me encontraba estudiando en la Universidad de Berlín (occidental) y fui reclutado (el 23 de agosto de ese año) para luchar en contra del castro-estalinismo internacional, tal y como lo asegura “La Hoja Criminal de Robert Alonso”, publicada en el Granma el 15 de enero de 2005. Como venezolano, podía entrar diariamente en Berlín Oriental (en la Alemania “Democrática”, es decir: ¡comunista!), a través de la Marienplatz. Almorzaba casi todos los días en la universidad de Berlín Oriental y se me dio la orden de evacuar del sector soviético a un grupo de agentes anti-comunistas, al servicio y bajo las órdenes de “occidente”.

Decidimos evacuarlos por un tramo estratégico del Río Spree, que dividía parte de las dos ciudades. En la rivera del Spree, del lado oriental (del lado comunista-soviético), había una garita cada 100 metros, vigilando que los berlineses orientales no se fugaran hacia el oeste atravesando el mencionado río.

Como estaba estudiando televisión y cine en la Universidad de Berlín (occidental), me fue fácil montar el tinglado. Llegamos con un voluminoso equipo fílmico y captamos la atención del guardia que estaba frente a la locación donde estábamos filmando (todavía no existía el video), reconstruyendo un evento de fuga en donde murieron tres berlineses orientales en su intento por lograr la libertad.

Mientras el guardia de la caseta estaba entretenido viendo la filmación, unos 50 metros más hacia el este, nuestro grupo de unos 50 berlineses, escapaba hacia el oeste. Casi todos lograron la libertad, con la excepción de los últimos; unos cuatro jóvenes universitarios, que fueron abaleados: muriendo en el intento.

De ahí en adelante, no he parado un solo día de luchar en contra del castro-estalinismo internacional, algunas veces “logrando objetivos”. El Mal siempre se las arregló para ganarle al Bien. Occidente siempre fue permisivo e ingenuo frente al comunismo, en consecuencia: perdimos la guerra, a pesar de la desaparición de la Unión Soviética que le dio paso a una nueva estructura enemiga, la cual cada día adquiere más fuerza en el mundo.

Mientras “operaba” al otro lado del mundo, donde pasé el frío hereje, en Venezuela se estaban creando las bases para la destrucción total de ese golpeado país: un “proceso” que duró unos treinta años.

Radio City

El teatro-cine conocido como Radio City, en pleno boulevard de Sabana Grande – en Caracas – fue la sede de muchas convenciones nacionales llevadas a cabo por el partido “social-cristiano”, COPEI.

En el año 69, en la convención nacional que tuvo lugar en el Radio City, Arístides Beaujón, uno de los fundadores del Partido Socialcristiano Copei, senador del Congreso Nacional hasta 1998 y presidente de la Comisión de Defensa del Congreso y de la sub-comisión de ascensos del Ministerio de la Defensa, logró derrotar a Godofredo González (apoyado por Caldera) y al “Negro” Pérez Díaz (delfín de Luis Herrera y padre de Nitu Pérez Osuna), apoderándose de la secretaría general de ese partido, el segundo más poderoso de la Venezuela de entonces.

El Hombre del Maletín

Unos años después, vuelve COPEI a organizar una nueva convención nacional, esta vez para escoger a quien sería el candidato presidencial de caras a las elecciones en la que saldría victorioso, por primera vez: Carlos Andrés Pérez. La pugna por la candidatura se produjo entre Lorenzo Fernández (quien se ganaría el remoquete de “Bobenzo”) y Luis Herrera Campins, siendo Lorenzo el delfín de Rafael Caldera.

Tal vez ahí comenzó el principio del fin del para-entonces importante partido venezolano.

Caldera era presidente y su ministro de Obras Públicas (“El Monstruo”), quién – como ministro del ministerio más poderoso de entonces – financió mil marramuncias, era José Curiel. Con la venia de Curiel y siguiendo la órdenes del propio Caldera, le entregaron un maletín repleto de bolívares (de los buenos) a un fulano llamado Rafael Clarencio González, más adelante conocido como “El Hombre del Maletín”, quien a punta de billetes logró imponer a “Bobenzo” como candidato presidencial, para luego perder frente al “Gocho”… uno que también emplearía la estrategia del “maletinazo” para lograr el voto del entonces-diputado – José Vicente Rangel – y salvarse de ser condenado administrativamente por el Congreso, gracias al escándalo del Sierra Nevada.

CAP no fue visto como un corrupto ni como un “corruptor”… todo lo contrario. El grueso de los venezolanos admiró su viveza criolla y lo que fue peor: ¡le regaló un segundo término al frente de la presidencia de la República de Venezuela!

En aquella convención en el Radio City del año 72 (del año 72 si la memoria no me falla), Caldera impuso a su delfín, Pedro Pablo Aguilar, como secretario general del partido, desplazando a Beaujón.

¡Maletines por aquí… maletines por allá! Así fueron socavando, erosionando, los pilares de la débil democracia venezolana, sentando las bases – a modo de caldo de cultivo – para que “un día” los Castro se apoderaran de Venezuela sin la necesidad de hacer sonar un solo triki-traki ni de tener que derramar una sola gotiquita de sangre. Aquellos líderes políticos de la “era democrática”, quienes – SUPUESTAMENTE – eran los defensores de nuestra democracia: ¡jamás fueron demócratas!

En Acción Democrática, “el otro cuarto se alquilaba“, como hubiera dicho mi querida y adorada Abuela Carmelina, QEPD.  Por décadas, Alfaro Ucero fue el dictador de AD… luego la batuta le fue entregada al inefable “libanés“: Henry Ramos Allup, quien ha “secretariado” al mayor partido “opositor” venezolano hasta el día de hoy en que estoy publicando estos comentarios.  OJO: todo eso sin contar con la “ayudadita” (al estilo de María Bolivar) de Ratonski y de la actual presidente de Acción Democrática, Isabel Carmona, una incontrolada adoradora de Fidel Castro y de su “revolución”.

Entonces: ¿de qué se quejan los venezolanos?  Han tenido lo que siempre han querido tener.  Ahora Satanás les está pasando la factura.  “A lo hecho: ¡pecho!”  “A un buen gusto: ¡un buen susto!“, diría mi querida, adorada y muy-recordada Abuela Carmelina, QEPD.  Pero lo más triste de todo es que después de haber – ¡TODOS! – participado, directa o indirectamente, en la DESTRUCCIÓN DE VENEZUELA, ahora los venezolanos quieren que sean los “gringuitos” de las fuerzas armadas estadounidenses, quienes derramen su sangre para enmendar el entuerto de décadas, creado por los mismos venezolanos.  ¿Qué tal?

El Poliedrazo del 87

Daniel mencionó el evento del Poliedro, pero allí no sucedió gran cosa, más allá del desplazamiento, dentro de COPEI del propio Rafael Caldera (el Alfaro Ucero de COPEI). Viéndose Caldera desplazado por Eduardo Fernández, alias “El Tigre”, anunció que pasaría a la reserva, desde donde regresó cargado de chiripas y logró “el triunfo” gracias al apoyo que le había dado a los golpistas detrás del satrapillo Hugo Rafael Chávez Frías.

Jorge – “El Loco” – Olavarría

Buscando “sangre nueva”, nos unimos – en 1985 – al editor y diplomático, Jorge Olavarría, quien cargaba con el remoquete de “El Loco”; un individuo que no estaba comprometido con ninguno de los tres grandes partidos tradicionales venezolanos. En su bellísima casa, “La Guayabita del Perú”, en la urbanización de Los Guayabitos, nació el partido “La Nueva República”, el cual tendría una vida de tres años, muriendo – trágicamente – en 1988.

Los “máximos” dirigentes del nuevo partido resultaron ser – en su mayoría – unos tártaros: los hermanitos Ibarra (Abel y Román), Alexis Ortiz (quien luego tuvo que salir huyendo de Venezuela – en tiempos de Chávez – acusado de haber vuelto ñoña a Lechería cuando fue su alcalde) y, entre otros menos connotados, el propio Calixto Ortega, quien hizo su debut en la política cargándole el maletín al “Loco” y haciéndole infaustos mandados.

Muy pronto nos dimos cuenta de que Olavarría había hecho un pacto subterráneo con el entonces-presidente Lusinchi y su, para entonces-barragana: Blanquita Ibáñez.

CAP ya estaba lanzado como candidato presidencial frente a Eduardo Fernández, este último hoy al servicio de los Castro en el “gobierno” de Maduro. Calixto Ortega era el encargado del “lleva-y-trae” entre Olavarría y el jefe de campaña de CAP: ¡David Morales Bello!

Olavarría acordó llevar a cabo una estrategia electoral, a instancia de Morales Bello, donde “El Loco” atacaría a CAP, pero aseguraría que “El Tigre” era mil veces peor. Algo similar haría Rafael Poleo desde su recién-nacido panfleto: “El Nuevo País”.

Olavarría fue premiado con dólares preferenciales otorgados por RECADI, con los cuales compraría una hacienda en el estado Carabobo y la llenaría de ganado de raza y Poleo, por su parte, recibiría los churupos para fundar “El Nuevo País”, donde La Patty haría sus “pinitos periodísticos”… ¡con la ayuda de terceros que le escribían sus columnas!

El “Gran Milagro Lusinchi” no fue económico. El gran milagro logrado por Jaime fue poner a coincidir políticamente a Olavarría con Poleo, caimanes del mismo pozo: quienes se odiaban a muerte.

Así las cosas y como dirían los cubanos de antaño, “La Nueva República” terminó como “La Fiesta del Guatao”, es decir: ¡a golpes!

Mi hermano Ricardo, uno de los fundadores de “La Nueva República”, y quien por un rato fue su secretario general, asqueado por los acontecimientos que le tocó vivir y presenciar, se retiró para siempre de la política.
Llegado Chávez al poder, Olavarría – quien aspiraba a que el satrapillo lo nombrara su canciller – se unió a la “revolución”.  Viendo que no iría ni para un guateque, “se dejó deso…” y se dedicó a publicar artículos históricos más largos que los gases de las culebras y un día de abril de 2005: ¡se murió completamente!

Es decir. En la Venezuela política de la muerte de Juan Vicente Gómez hasta la fecha: el que menos ha pujado, ha pujado un piano de cola abierto.

Miami 18  de agosto de 2019

Robert Alonso

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