Venció el Terror…!!!

La comunicación social NO ES COSA PARA AMATEURS, como no lo es la “auto-medicación“.  Ahí tienen Uds. el ejemplo del dengue hemorrágico.  Si uno sufre de esa patología y toma aspirina, aunque se trate del medicamento más popular que ha inventado la humanidad: ¡se muere!

Contra El Cigarrillo

Recuerdo que en el año 1969 estaba estudiando en la ciudad de Spokane, en el estado de Washington (EE.UU.).  Para ese entonces fumaba.  Había – solamente – cuatro canales de televisión en EE.UU.: ABC, CBS y NBC, apartando PBS (Public Broadcasting Service) que no lo veía nadie; algo así como el Canal 5 de mis años mozos en Venezuela.  Aquel año comenzó una dura campaña en contra del vicio del cigarrillo.  En medio de una película, cuando la estación iba a comerciales y mostraba una cuña en contra del cigarrillo y los efectos dañinos de la nicotina, irremediablemente: ¡me daban ganas de fumar!

Al siguiente año, el “Cirujano General” prohibió esos “spots” en contra del consumo de nicotina, porque un estudio científico determinó que promovía el vicio de fumar.  Desde entonces, Uds. jamás habrán visto en la televisión estadounidense o en los medios de comunicación social, una “propaganda” en contra del consumo de las drogas o del cigarrillo: ¡o del alcohol! ¿Qué tal?

La Guerra de Vietnam

Llegué a Estados Unidos justo cuando estaba tomando fuerza la guerra de Vietnam: en 1965.  Tenía yo – entonces – quince añitos de edad.  Casi todas las casas portaban una bandera “americana” en apoyo a la intervención de EE.UU., en aquel absurdo donde perdieron las vidas decenas de miles de jóvenes estadounidenses.

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A las 6 de la tarde en punto, las cadenas de televisión competían a ver quien mostraba el mejor noticiero, cargados de contenidos filmados en aquella cruel guerra.  Mientras más crudos eran los “clips“: ¡mejor!  Cuerpos sin cabezas, jóvenes sin piernas.  El tema principal eran las bajas, las mutilaciones y los “MIA” (“desaparecidos en acción“, por sus siglas en inglés).  Poco a poco aquellas banderas fueron desapareciendo, porque el grueso del pueblo “americano” comenzó a perder simpatía por aquella guerra, lo que constituyó la primera derrota para el gobierno de Lyndon B. Johnson.  La primera gran batalla que perdieron los “americanos” en Vietnam: ¡fue la batalla por la opinión pública!

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Luego, al igual como se hizo con las campañas en contra de la nicotina, “se descubrió” que el gran error fue mostrar la crudeza de la guerra todas las tardes, a partir de las 6, en los noticieros abiertos de las tres cadenas privadas de televisión que, para entonces, existían.  De ahí en adelante, intervino la más ABSOLUTA CENSURA.  Hoy en día, por ejemplo, un medio de comunicación – plano, auditivo o audiovisual – que publique o mencione, tan siquiera, un ataúd cubierto por una bandera “americana”: ¡es cerrado irremediablemente!  Uds. hoy jamás verán fotos ni videos de los caídos o mutilados en las guerras extra-territoriales, como la de Iraq o Afganistán: ¡ni ninguna otra que pudiera reventar en un futuro cercano, mediano o lejano!  Tampoco escucharán o leerán las cifras de las bajas sufridas por las fuerzas armadas estadounidenses en conflictos allende los mares: ¡punto!  ¿Qué les parece?

El Terror…!

¿Qué se entiende por un régimen terrorista?  Es aquel que emplea el terror para subyugar y controlar a sus ciudadanos.  Hoy en día hay que ser muy ANORMALO, ANORMALA, IMBÉCILO o IMBÉCILA para negar que en Venezuela existe un régimen terrorista y más allá: ¡un régimen narco-castroterrorista!

Pero: ¿cómo se promueve el terror para que llegue a todos y cada uno de esos ciudadanos subyugados? ¡A través de los medios de comunicación social!  En consecuencia, todos aquellos que DENUNCIAN los desmanes del régimen: ¡se convierten, sin saberlo o no, en “caja de resonancia del terror”!

No me había percatado de ese “fenómeno” hasta el año 2010 cuando un gran amigo, jefe entonces de la cátedra de sociología de la Universidad de Miami, me criticó mis blogs, donde mostraba cómo el régimen (entonces de Chávez), masacraba – impune y MISERABLEMENTE – a los jóvenes venezolanos en plena vía pública.  Traté de modificar mis blogs, pero no me acordaba del “password” para hacerlo.  Me sentí tremendamente culpable, sin embargo, publiqué un artículo titulado, precisamente: “La Caja de Resonancia del Terror“, en el que incluí el siguiente audio:

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Terroristas Ad-Honorem…!

A lo largo y ancho de estos 20 años de terrorismo en Venezuela, han sido muchos los “terroristas Ad-Honorem“.  Algunos de estos “terroristas” tienen amplia cobertura en los medios y les llegan a millones de venezolanos.  La gran mayoría de nuestros “comunicadores” opositores se ha empatado en la DENUNCIA, algo que es anatema dentro de los postulados de la VERDADERA RESISTENCIA.   El pueblo de Venezuela se ha cansado de ver cómo tortura el régimen y las consecuencias de enfrentarlo.  Como “botón de muestra”, me viene a la mente el caso del señor afectado por el “Síndrome de Down“, quien por tocar cacerolas se lo llevaron detenido y lo torturaron sin contemplación alguna.  ¿Se imaginan?

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Si a un doliente del tal síndrome se lo llevan detenido y lo torturan por hacer sonar su cacerola: ¡hay que ser totalmente enajenado mental para protestar de la misma manera!  Y me pregunto: ¿han servido para algo tantas DENUNCIAS?  La respuesta es: ¡Sí!  Han servido para INCREMENTAR EL TERROR.  También, lamentablemente, han servido para que los venezolanos se den cuenta de que están en un total y absoluto ESTADO DE INDEFENSIÓN.

Si ayer domingo 31 de mayo (de 2020), cuando al presidente de Estados Unidos – Donald Trump – lo tuvieron que encerrar en el bunker de la Casa Blanca, para protegerlo de las arremetidas de los “protestantes“, frente al “centro del poder del país más poderoso del planeta Tierra”, a alguien se le hubiera ocurrido mencionar el “tema de Venezuela“, lo menos que hubiera recibido hubiera sido una buena patada por el culo.

Hoy, cuando el mundo entero está viendo que por matar a un “afro-americano“, se ha desatado una protesta que tiene a la Casa Blanca “pidiendo agua por señas“, muchos venezolanos – y especialmente, “comunicadores” venezolanos – se preguntan cómo es posible que en Venezuela no se haya registrado una sola “protestica” de cara al escandaloso tema de la gasolina.  Entre esos “comunicadores”, nos topamos con uno que yo siempre he admirado: José Domingo – “Mingo” – Blanco:

 

.Ming

Mingo“, como muchos otros “comunicadores” venezolanos de la oposición, se ha cansado de propagar el terror en Venezuela, denunciando – con pelos y señales – los desmanes de la tiranía narco-castroterrorista.  Hoy “su vecina” se pregunta cómo es que los venezolanos no reaccionan.  Coño: ¡porque están aterrados!

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Por cierto, así como Mingo tiene “su vecina“, yo tenía uno en Miami cuyo perro vivía escapándosele a la calle.  Mi vecino formaba unos líos impresionantes llamando a su bendito perro, pero éste no le hacía caso.  Cuando por fin lo lograba acorralar, le caía a golpes en el medio de la calle.  Una vez se me quejó alegando que su maldito perro no le hacía caso: ¡no venía cuando él lo llamaba!  ¿Cómo carajo va a hacerle caso, si cuando por fin lo agarran le cae a toletazos?

Bueno… algo parecido habría que explicarle a “la vecina” de Mingo.  La razón por la cual no pasa nada, es porque nuestros comunicadores sociales se han dedicado a infundirles miedo a los venezolanos, contándoles historias de horror sobre las torturas que infringe el régimen a sus detenidos… mostrándoles videos y fotos de atrocidades cometidas por el régimen, para después preguntarse por qué ese pueblo no reacciona.

Y así nos va…!

En el prestigioso programa – “¡Y Así nos Va!“-  de hoy lunes 1ro de junio, uno de los temas principales ha sido esa interrogante: ¿por qué el pueblo de Venezuela no se ha levantado – a lo largo y ancho de la geografía nacional – en protesta por lo que ha sucedido y va a seguir sucediendo, en torno al fulano tema de la gasolina?  Daniel Lara Farías se preguntaba dónde estará ese “glorioso pueblo de Guarenas” que se sublevó en contra del infeliz de Carlos Andrés Pérez, cuando éste aumentó – debidamente – en céntimos el litro de la gasolina: 

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La respuesta a mi amigo Daniel es muy sencilla: cuando Carlos Andrés Pérez, no se había diseminado el terror en Venezuela y entre los venezolanos.  Ahora, con Maduro “en el poder”, la guarandinga es muy distinta.  Cuando CAP no existían las redes sociales como existen hoy.  No había la represión que existe hoy: ¡no se había diseminado el terror, como se ha diseminado hoy!  Maduro está “en el poder”, porque el pueblo de Venezuela está aterrorizado… y lo está, gracias – en parte – a todos aquellos “comunicadores” que le han hecho la infame tarea al régimen TERRORISTA de diseminar el terror en la psiquis del grueso de los pobres e infelices venezolanos.
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Yo, que tengo “piel de cocodrilo“, no tengo estómago para ver “¡Y Así nos Va! los martes, cuando les toca el espacio a “los presos políticos“.  Me perturba escuchar los horrores que sufren esos pobres presos y que, a pesar de TODAS LAS DENUNCIAS DEL MUNDO, no sucede absolutamente nada que no sea la de propagar el terror en la población.  Pienso en que yo hubiera podido haber sido uno de esos presos.  Pienso que mis hijos… hubieran podido haber sido unos de esos presos y no puedo dormir de noche.  ¡Eso es propagar el terror!
No se pone el énfasis en la liberación colectiva, que incluiría – por supuesto – a todos los presos políticos.  Liberando a Venezuela: ¡se liberaría a todos y cada uno de esos presos!  En su lugar, se habla de ejemplos puntales y, al hacerlo, se fomenta la perniciosa “depresión colectiva”.
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Nehomar Hernández, un muchacho muy acucioso, compañero de Daniel en “¡Y Así nos Va!“, también se pregunta lo mismo:
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Y uno podría preguntarse cómo es posible que al amigo Nehomar, estando en Venezuela, no lo toquen y lo dejen denunciar tantas atrocidades.  La respuesta, creo yo, es muy sencilla: ¡se ha convertido en una “caja de resonancia del terror”!  Cada vez que “Los Cabilleros” denuncian atrocidades, desmanes, corrupciones, etc… van fomentando un sentimiento profundo de indefensión entre la población venezolana.  Van mermando la moral de quienes los escuchan.  Es lógico.  “Todo eso pasa delante de nuestras narices y no sucede absolutamente nada.  No nos invaden… ¡no nos auxilian!”  Entonces se fomenta el pernicioso sentimiento de INDEFENSIÓN.  Por eso, creo yo, que el régimen de los Castro ha permitido que todos esos espacios opositores de denuncias se mantengan en el aire.  Generan “depresión colectiva“… ¡generan el terrible sentimiento de total y absoluta INDEFENSIÓN!  Claro… por otra parte: ¿de qué van a hablar los “comunicadores” de la oposición?  Si no denuncian: ¿de qué van a hablar?  Bueno… llegará un momento – y creo que será muy pronto – que pasará lo que pasó con el exilio cubano: ¡nadie les parará la más mínima bola!  Cada quien encarrilará su vida de la mejor manera posible: ¡dentro y fuera de Venezuela!  De todos los “comunicadores” anticastristas del Exilio Histórico de Miami, CENTENARES, solamente quedó viva una: Ninoska Pérez Castellón: ¡a quien nadie ya escucha!  El resto se fue muriendo o se fue buscando trabajos de jardineros o de choferes… o limpiando platos en restaurantes: ¡para poder sobrevivir!  ¿Y los Castro? ¡Bien… gracias!

El proceso cubano

Entonces el amigo Nehomar toca el tema del “proceso cubano“.

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El “proceso cubano” fue muy distinto.  En primer lugar: ¡no existía la Internet!  El terror había que difundirlo “de boca-a-boca”.  Cuando los Castro liberaban a un preso político, éste les contaba las atrocidades sufridas en prisión a sus vecinos.  Era un proceso lento, por lo que había que infundir el terror de maneras más drásticas: a través del paredón de fusilamiento.  En tal sentido, los Castro se vieron en “la obligación” (para difundir el terror) de fusilar a varias de decenas de miles de cubanos (70mil) y de sentenciar a largas condenas (muchas de ellas hasta de 30 años), a centenares de miles de infelices.  Castro vino a organizar su FALSA OPOSICIÓN ya al final.
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En Venezuela, por ejemplo, desde el primer día, los Castro organizaron una falsa oposición que llamaron “Coordinadora Democrática“.  Luego le cambiaron el nombre para “Mesa Democrática” y, ya al final, le llamaron “Frente Amplio“.   Los venezolanos fueron inducidos a liberarse por la vía electoral.  Muchos de esos “comunicadores” que hoy promueven el terror, promovieron, en su momento: ¡la FALSA VÍA ELECTORAL!  Hoy muchos se preguntan: “¿cómo así?
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A los pobres, infelices y NOBLES venezolanos los han mareado hasta el infinito… ¡y más allá!  Les han mentido… los han aterrorizado hasta más no poder.  Los han puesto a marchar y a votar como enajenados mentales: ¿y ahora nos preguntamos por qué no reaccionan?

La Guerra Psicológica

Desde agosto de 1972, hace 48 años, me han obligado a asistir a cualquier cantidad de seminarios… muchos de ellos más fastidiosos que pulir a un autobús.  Entre tantos seminarios, me tuve que calar las estrategias de lo que se llamaba “La Guerra Psicológica“, aplicada – durante la Guerra Fría – tanto por la KGB como por la Stasi y la CIA.
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Se terminó la fulana “Guerra Fría” y respiré confiado, porque jamás volvería a escuchar el tema de la “Guerra Psicológica”: ¡pero me equivoqué de punta a punta!  Apenas ayer, me enviaron un “sonido” (un audio) donde se explica esta “guerra” de una manera científica, pero entendible.  Hoy quiero compartir ese audio con mis lectores, amigos y enemigos.
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Sin embargo, en marzo de 2003, cuando nadie en Venezuela se había percatado del “factor terror“, publiqué la trilogía que he mencionado arriba (sobre la cual recomiendo su lectura, por su vigencia).  En aquellas publicaciones me referí al terror en los siguientes términos:
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A Venezuela se la llevó el diablo… si es que se bicho existe.  Hoy, muchos venezolanos desearían vivir en el infierno cubano, porque lo visualizan como una especie de “purgatorio”, que según Pancho El Papa, tampoco existe.  Mi fama de loco me la forjé cuando en los meses del año 2003, a través de mis buzones electrónicos, les advertía a mis lectores venezolanos que Venezuela se enfilaba – ¡viento en popa! – hacia un “estado fallido” similar a mi Cuba natal.  ¡Qué no me dijeron!  Hoy el pueblo venezolano está cosechando su ignorancia.  Una cosa me queda más clara que el agua clara… la voz de los pueblos: ¡no es la voz de Dios!
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Miami 1ro de junio de 2020

Robert Alonso

 

 

 

Robert Alonso Presenta

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